lunes, 22 de agosto de 2011

Q.E.P.D.




Hay que ser orgulloso. De sí mismo, de lo hecho, de lo que se tiene… algún esfuerzo, por mínimo que sea, habrá costado llegar a serlo. Si por el contrario, no hay de lo que puedas sentirte orgulloso, nada más fácil: ve, y haz algo que sí valga, algo que enorgullezca. Sin embargo, hay que tener cuidado, pues un orgullo trae satisfacción, no así la vanidad irracional. El orgulloso se sabe satisfecho, pues sabe y conoce lo que hace y tiene. El vanidoso sólo verá insatisfacción, pues es esclavo de lo que tiene, y peor, depende de ello.